MOMENTO…

 

solo3
Un domingo resultó inolvidable, pero por un motivo diferente del que seguramente nos hubiera gustado. En una plaza cercana a nuestra casa había muchas personas, niños jugando disfrutando de los momentos de sol.

Todo irradiaba placidez, hasta que vimos sentado un banco a un hombre de una cierta edad, solo, ensimismado en sus pensamientos y prácticamente ausente de todo el ambiente casi festivo que lo rodeaba.

Nuestra primera intención fue acercarnos a él para intentar tener unas palabras amables que lo sacaron de ese evidente estado de soledad en la que se encontraba. Pero, a la primera intención, siguió otra…

De la que nos arrepentimos y por la que hemos pedido perdón. Cuando vimos a ese hombre y luego del impulso inicial, comenzamos a pensar en varias cosas que fueron quebrando la voluntad de conversar con él.

Pensamos que quienes estaban en la plaza advertirían que nos acercábamos a esta persona, que tendríamos dificultades para hacernos comprender a causa de la dificultad del idioma diferente.

Incluso pensamos, que tal vez el hombre no aceptara nuestra conversación, por lo que finalmente decidimos continuar con nuestro camino, mirando varias veces hacia atrás para en cierta forma despedirnos de él. Y nos quedamos muy tristes!

Jesús jamás hubiera procedido de esta manera!

Que importante sería dedicar unos minutos a reflexionar sobre esta situación, para que no nos vuelva a ocurrir y para que no le ocurra a nadie más. Si declaramos que vivimos para servir, no podemos hacer lo contrario y menos por nuestro miedo al ridículo.

Mateo 5:7

Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

Deja una respuesta