Nos puede sorprender que en la Palabra de Dios se utilice esta palabra que tiene como significado, tramar contra un superior.
Su uso se origina en el hecho de que los judíos pensaban que frente a sus enemigos, debían establecer acuerdos con potencias extranjeras para que los defendieran. En el temor negaban el Poder del Soberano.
En este argumento que se utilizaba contra Isaías y otros profetas se resume gran parte de los problemas que tenemos los humanos para relacionarnos con el Supremo en las circunstancias difíciles.
Siempre habrá algo en nosotros que nos haga suponer que frente a los enemigos, lo mejor es buscar alianzas que nos permitan enfrentarlos con posibilidades de vencerlos.
Planteando esta posibilidad la conclusión es más que evidente: No confiamos en la ayuda de Dios sino en la de los hombres. Es decir: Confiamos más en lo que vemos que en lo que solamente puede creerse por fe.
Esta tremenda situación espiritual es la que vivía el pueblo hebreo y también la que podemos vivir nosotros, si caemos en la angustia por la magnitud de nuestros problemas o por la supuesta grandeza de nuestros opositores.
No busquemos acuerdos para defendernos, busquemos la protección del Eterno!
Solamente con la sumisión a su Autoridad podremos estar confiados para enfrentar cualquier forma de adversidad que tengamos que enfrentar. Toda confianza que no sea depositada en Él será destructiva para nosotros mismos.
Isaías 8:12-13
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira