Nuestra natural tendencia a ser desaprensivos nos hace olvidar que en la Biblia están registrados pasajes en donde Jehová formula maldiciones contra algunos hombres. Uno de ellos es Joaquín o Jeconías, que solo gobernó Israel tres meses y diez días.
La idolatría que se practica con determinados hombres puede llevarlos a los excesos y por eso sus comportamientos se apartan de los mandatos del Eterno. La idolatría causa mucho mal en las personas que la reciben.
Jehová siempre bendijo a quienes fueron fieles a sus preceptos, pero también demostró su absoluta contrariedad con quienes se entregaron a la avaricia, para oprimir, agraviar y derramar sangre de inocentes.
Cada vez que leemos estos pasajes debemos asumirlos no como una cosa del pasado, sino como algo que se mantiene vivo a través de los tiempos. Debemos escapar al simplismo de decir, que eso son cuestiones de otras épocas.
Así como nos agradamos de las profecías con grandes promesas para sus hijos, también debemos enfrentarnos con los graves juicios del Padre, para con quienes se rebelan o se entregan a causas que no se ajustan a su corazón.
Nuestra vida de creyentes está siempre sometida al Juicio Soberano del Eterno. Si no entendemos esta realidad es que tampoco hemos entendido lo que significa obediencia y lo que significa escuchar la Palabra de Dios.
Por duros que nos resulten algunos pasajes bíblicos, deben ser de obligatoria lectura para cada uno de nosotros. Solamente así recordaremos lo que significa estar bajo la Gracia del Soberano o bajo su maldición.
Jeremías 22:30
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira