Pocas cosas hay más dolorosas que una semiverdad que se levanta contra una persona. Como todos sabemos una semiverdad, no es otra cosa que una mentira disfrazada de verdad, por lo que es más peligrosa.
Alguien decía que se parecía a la situación de Job, cuando sus amigos lo acusaban utilizando esas semiverdades para recriminarle por sus supuestos pecados.
Zofar usaba esos argumentos para acusar a Job que se debatía en uno de los momentos más difíciles de su vida. Acusar a quién está en manifiesta debilidad, agrava aún más la falsedad de las razones esgrimidas.
La cuestión es que frente a la magnitud de la agresión verbal de este tipo, debemos reaccionar o dejar que nuestra defensa sea asumida por el mejor Abogado posible, que no es otro que el Señor?
Si reaccionamos airadamente contra la falsedad abrimos la posibilidad de un auténtico debate, no sobre la Verdad, sino sobre algo que es manifiestamente mentira y por tanto, no estaremos discutiendo sobre la única base sólida posible.
Si no reaccionamos airadamente y lo hacemos con paciencia y mansedumbre, estaremos cumpliendo dos propósitos fundamentales. Uno el de confiar en la Justicia del Eterno y el otro, desarmar con amor a quién nos ataca con maldad.
La calumnia solo puede ser combatida desde la Verdad y con el argumento del amor. Quién nos calumnia se convierte en nuestro enemigo y por tanto debemos demostrarle nuestro amor obrando con mansedumbre, como obró Jesús.
Salmos 119:69
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira