Si se nos preguntara que es lo más difícil de conservar en un momento de extrema tensión, sin ninguna duda diríamos que sería la cordura. La cordura es la que nos permite conservar el equilibrio.
Las emociones en algunas circunstancias nos pueden traicionar y llevar a tener reacciones imprevisibles, que nunca serán las mejores o las más convenientes y casi siempre serán motivo de amargas lamentaciones.
Y como se consigue mantener la cordura?
Desde luego que no será cosa de un momento, sino producto de un largo proceso de crecimiento en la Palabra de Dios, que nos conducirá a alejarnos de todo lo que sea extremo, de todo lo que sea ajeno a las reacciones de Jesús.
Puede parecer un ejercicio teórico demasiado elaborado, pero en las enseñanzas de la Palabra de Dios, encontraremos razones suficientes como para ir templando nuestro Espíritu y poder prevalecer sobre las emociones.
Tal vez esa sea el verdadero fondo de la cuestión. Una reacción airada puede devenir en una acción desproporcionada con relación al hecho que la motivó y esto es consecuencia de que todavía guardamos cosas del hombre viejo.
No basta con tratar de controlar nuestros nervios o nuestras intenciones. De lo que se trata es de dominar ese peligroso hombre capaz de las reacciones más explosivas y temerarias y eso solo se consigue teniendo a Jesús con nosotros.
La cordura es una herramienta que solo se consigue tener a disposición, cuando logramos el equilibrio que no es otra cosa que el Shalom de Jesús.
Proverbios 19:11
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira