Es probable que muchos de nosotros pensemos que esta advertencia está relacionada con manifestaciones que hacen otros creyentes o que formulan personas interesadas en las cosas de Dios.
Sin embargo escudriñar tiene un sentido más amplio, como mayor es la realidad que nos rodea. No podemos vivir pensando en nuestro pequeño círculo, la vida se extiende mucho más allá de lo que nos imaginamos.
Por lo tanto escudriñar adquiere un significado distinto si lo practicamos desde nuestro mundo y lo trasladamos a todo lo que nos rodea. Advertiremos entonces que tenemos un panorama completamente diferente.
La necesidad de escudriñar se inicia en nuestros propios pensamientos para poder alinearlos con los pensamientos del Señor. Si no obramos como Cristo obraría estaríamos menguando la importancia de nuestro Salvador.
De allí la importancia que tiene escudriñar sobre todo lo que leemos, escuchamos o vemos. Las visiones parciales nos pueden llevar a graves errores de apreciación que inevitablemente nos apartarán del Señor!
Si no escudriñamos es como si nos tapáramos los ojos para no mirar lo que nos rodea!
Por eso no deja de ser sorprendente para muchos creyentes que se nos diga que no debemos confiar en hombre ninguno. Obviamente tampoco debemos confiar en nuestro corazón. Nuestra única referencia es Jesús!
Cuando nos apartemos de esta Verdad y confiemos en nuestros talentos o en nuestra capacidad de reacción, estaremos ofreciendo una brecha tremenda a quién solo busca destruirnos.
Eclesiastés 12:9
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira