El Eterno siempre tuvo y seguramente siempre tendrá un remanente de su Pueblo, para cumplir con sus promesas y para hacer posible su Plan de Salvación para los hombres. Así ha sido y así será.
Esta certeza nos obliga a ser extremadamente cuidadosos con nuestras actitudes, para que en los tiempos difíciles podamos ser parte de ese remanente tan especial, porque será el encargado de cumplir grandes obras.
Así lo anunció el profeta Zacarías en lo que puede interpretarse como la promesa de restauración de Israel, hablando por Jehová de los Ejércitos. Este mensaje tiene algunas singularidades notables.
El Eterno anuncia que habrá simiente, frutos de la tierra y el rocío para permitirle que la siembra fructifique. Y en ese mensaje incluye una afirmación tremenda: Si antes el pueblo de Israel fue maldición para las naciones, ahora será de bendición.
En nuestra vida de cristianos deberemos de tener siempre presente que el Supremo siempre quiere lo mejor para nosotros, pero esa actitud la modificamos con nuestros hechos incorrectos.
No permitamos que la promesa de bendición pueda ser modificada!
Dependerá exclusivamente de cada uno de nosotros y de nuestros hechos como parte de una nación, como en el caso de Israel. No podemos equivocarnos en eso!
Tengamos en cuenta lo que Jehová reclamó a Israel y nos reclama ahora: Obediencia y fiel cumplimiento con nuestros hechos de los mandatos recibidos, para no caer nuevamente de la bendición a la maldición! Seamos parte del remanente!
Zacarías 8:16-17
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira