Un admirado maestro cuando debía explicar cuestiones de suma complejidad apelaba al recurso de los ejemplos sencillos. Asumiendo sus enseñanzas hablaremos de la situación de Israel, apelando al recurso de nuestro admirado docente.
Imaginemos que un día alguien nos dice: Ud. y su familia no tienen ningún derecho a existir y por lo tanto haremos todo lo posible para hacerlos desaparecer a todos de la faz de la tierra.
Pensando en la situación, seguramente nuestra primera reacción sería argumentar que nadie tiene el derecho de negar la existencia de nadie. Pero si este argumento es negado en forma sistemática, que haríamos después?
Aceptaríamos de forma fatalista la desaparición personal y la de nuestra familia?
O nos defenderíamos basados en el derecho a la existencia?
Entendiendo que todos nosotros nos defenderíamos y defenderíamos a nuestra familia, estamos explicando la situación de Israel.
Desde 1948 el país ha sufrido cuatro guerras de unas características muy singulares. No fueron como otras que sufrió la humanidad a lo largo de su historia.
Estas guerras no tuvieron el objetivo de lograr una victoria sobre un país considerado enemigo. Tuvieron el propósito de eliminar su existencia, ignorando el derecho internacional que lo como un Estado soberano.
Dios nunca permitió la desaparición de Israel en esos cuatro conflictos, en los que ocurrieron hechos sobrenaturales, que confirman la intervención de la mano del Eterno para guardar a su Pueblo.
Si no logramos entender esto, pensemos en que haríamos si nuestra familia fuera amenazada para hacerla desaparecer. Tal vez así comprenderíamos el derecho a la existencia, que es el que está ejerciendo Israel.
Oremos por Israel!
Oremos clamando para que Dios quite la venda de los ojos de quienes se oponen a Israel y puedan ver la Luz de la Verdad.
Diego Acosta