Muchas personas tienen la ilusión de presenciar un milagro. En lo personal podemos afirmar que haber llegado a los 1.000 DEVOCIONALES, como hemos llegado hoy, es un milagro!
No es por la capacidad personal, ni la sabiduría, ni la tenacidad. Es la obra generosa del Espíritu por habernos guiado mil días para que cada Devocional fuera posible.
Damos gracias al verdadero hacedor de los Devocionales!
También damos gracias a quién nos ayuda cada día y a Pacto Nuevo que hace posible el trabajo diario.
Y damos gracias a las miles de personas que leyeron los Devocionales del SÉPTIMO MILENIO.
Con temor y temblor mientras el Eterno lo permita, seguiremos sirviendo cada día con amor y misericordia.
Diego Acosta / Neide Ferreira