Se asigna la calidad de fedatario a quién convalida una decisión. Para expresarlo de una manera diferente el fedatario, da fe de algo que ha sido consumado y lo hace notorio en calidad de testigo calificado.
Centrando la atención en el significado, advertiremos que quién ejerce de fedatario obra después de haber sido adoptada una decisión, por lo que evidentemente no ha tomado arte de ella.
Por consiguiente quién recurre a un fedatario lo hace para que su decisión tenga carácter oficial y se haga pública.
Nos podemos preguntar: Los cristianos, también obramos así?
Lamentablemente la respuesta es positiva y ocurre más veces de lo que nos podamos imaginar. Incluyéndonos también en esa porción de personas que primero obran y luego le presentan a Dios lo hecho.
Esta forma de proceder es exactamente la contraria a como deberíamos hacer, no en algún caso determinado sino en todas las ocasiones.
Todos sabemos que debemos orar primero y obrar después de recibir la confirmación del Señor. No es lo mismo actuar de esta manera, que hacerlo al contrario, cuando oramos para que a Dios le resulte grato lo que hemos resuelto.
Por qué repetimos nuestros errores?
Creemos que por la simple razón de que nos hemos recreado un Dios a nuestra medida y por lo tanto está a nuestro alcance y también a nuestra disposición.
Nos olvidamos de su Grandeza, desde la perspectiva de nuestra pequeñez!
Por eso le pedimos que apruebe lo que hicimos, en lugar de pedirle que nos confirme cuál es Su Voluntad, sobre un determinado tema.
Oremos para cambiar nuestra forma de obrar y para que sea Dios quién resuelva, lo mejor para nosotros!
Apocalipsis 1:6
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira