Los fariseos dieron su nombre a una forma de comportamiento que sigue vigente hasta nuestros días. Sus argumentos fundamentales: Reclamar a otros lo que ellos mismos no cumplían y la búsqueda de notoriedad.
Jesús los hostigó duramente porque están en abierta contraposición con los principios del Reino. Exigir a los demás y buscar el prestigio personal, se oponen por completo al Amor y la Justicia.
Los fariseos fueron en suma un modelo que lamentablemente sigue siendo utilizado y no solamente eso, sin que haya prácticamente nadie que se preocupe en cuestionarlo.
Esto nos ocurre a quienes hoy formamos parte de congregaciones donde las exigencias son muchas para la mayoría y escasas para esa minoría que parece encarnar el ideario farisaico.
Esta realidad tal vez nos permita entender las situaciones que viven muchos creyentes que se encuentran por un lado acuciados por las demandas y por otro, desconcertados por observar la ligereza de comportamiento de algunos hermanos.
Este cuadro se agrava con los nuevos creyentes que buscan un modelo práctico para desarrollar su vida y se encuentran con que deben cumplir con grandes exigencias, que no son iguales para todos.
A medida que se acerca el fin de los tiempos la situación en el mundo cada vez será más difícil según lo anunció Jesús. Por tanto cada vez será más necesario obrar con el máximo rigor.
Elegir el camino correcto será entonces, más responsabilidad de quienes supuestamente podemos ser modelos de crecimiento en la fe, que de quienes afrontan la necesidad de decidir.
No hagamos memoria de los fariseos!
Mateo 16:11-12
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira