Pensemos en la comida que arrojamos como basura diariamente…Pensemos en esta forma tan insensata de vivir.
Habrá quienes no tiren restos de su comida?
Cada vez que desaprovechamos los alimentos, estamos violando aquello que nos enseñó Jesús de alimentar al hambriento.
No es un hecho tan simple como parece juntar los restos, guardarlos tal vez ordenadamente, embolsarlos y luego como ciudadanos obedientes de las leyes, buscamos el contenedor donde tirar nuestros alimentos sobrantes.
Sigamos pensando en este tema!
Por qué nos sobran los alimentos? Sencillamente porque elaboramos cantidades, manifiestamente exageradas para la cantidad de personas que se sientan a la mesa.
Si preparamos con exageración la comida para alimentarnos, con toda seguridad tendremos que arrojar como desperdicio, la parte sobrante.
Cuando nos volvamos a sentar para comer observemos con atención la mesa. Es razonable, mínimamente razonable lo que ven nuestros ojos?
Es posible que demos gracias a Dios por la provisión de cada día y luego arrojemos esos alimentos bendecidos a la basura?
No estamos hablando desde la perspectiva de cualquier forma de legalismo, estamos hablando de la ofensa que hacemos al Proveedor, dando un pésimo uso de aquello que recibimos por su Generosidad.
Porque si tiramos comida no es por la abundancia de la Provisión!
Nuestra vida como hijos de Dios debe buscar la ejemplaridad. Y en esa búsqueda debemos aprender que cada gramo de comida que arrojamos como basura, es alimento que falta en la vida de otras personas.
Tratemos de ser coherentes!
No pidamos Provisión para luego desperdiciarla. Y si un día nos faltara, que reclamaríamos? Tal vez entonces pidamos perdón por comportarnos con tanta necedad.
Salmo 104:27-28
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira