CONGREGACIÓN del SÉPTIMO MILENIO

Pastores-Miguel-Montserrat¿TE HAS ALEJADO DE DIOS?

Deuteronomio 29:14-20
«Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento, sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante del Señor nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros. Porque vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las naciones por las cuales habéis pasado; y habéis visto sus abominaciones y sus ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que tienen consigo. No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy del Señor nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo, y suceda que al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la embriaguez quite la sed. No querrá Dios perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Dios y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Dios borrará su nombre de debajo del cielo.”

En este pasaje, por medio de Moisés, Dios le recuerda al pueblo de Israel el pacto que había hecho con ellos y la encomienda de llevar su palabra a otros pueblos que no le conocían, y les advierte acerca del peligro de desviarse del plan divino diciéndoles: “No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy del Señor nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones.” Y entonces les habla de las consecuencias: “No querrá Dios perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Dios y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Dios borrará su nombre de debajo del cielo.”

A pesar de las advertencias, este pueblo rebelde se desvió de los principios del pacto y prefirieron adorar a ídolos y dioses falsos a los cuales podían ver y tocar. Y como consecuencia de sus acciones toda una generación murió en el desierto sin llegar a disfrutar de la tan ansiada tierra prometida.

En Mayo de 1998, el mal funcionamiento de un procesador de control a bordo del satélite de comunicaciones Galaxy IV hizo que éste rotara fuera de su órbita y se alejara de la Tierra. En un instante millones de receptores dejaron de captar las señales del satélite, dando como resultado que miles de comercios y negocios, estaciones de radio y televisión y muchas otras entidades se afectaran, todo porque un satélite se dirigió en una dirección equivocada.

Pocos de nosotros nos damos cuenta de la influencia que podemos ejercer en las personas que nos rodean, familiares, amistades, compañeros de trabajo, vecinos, hermanos en la iglesia, etc. Cuando estamos cerca de Dios, el Espíritu Santo puede utilizarnos para ministrar a esas personas a través de nuestro testimonio. Si nos alejamos de Dios dejamos de ser los instrumentos que él puede usar para llevar adelante sus planes para este mundo. Somos entonces como satélites fuera de la órbita de amor y misericordia de Dios. No sólo nos afectamos nosotros mismos sino también muchos otros son afectados pues se pierden las bendiciones de Dios.

¿Estás fuera de órbita hoy? ¿Estás viviendo alejado de Dios? ¿La dirección que llevas te aleja cada vez más del Señor? Da hoy mismo una vuelta en U, y regresa a los brazos de amor y misericordia de tu Padre celestial. Él espera por ti para darte un abrazo como hizo aquel padre en la parábola del hijo pródigo (Lucas 15). Quizás pienses que te has alejado demasiado, que has pecado «demasiado», y que Dios no te va a perdonar. Nunca habremos pecado “demasiado” si nos arrepentimos de corazón y venimos al Señor. La Biblia dice en 1 Juan 1:9 que “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”

Si te arrepientes de corazón y regresas a Dios, si buscas su rostro por medio de la oración, encontrarás sus brazos de amor abiertos para ti. El Señor te recibirá, serás limpio en la sangre de Cristo, y podrás de nuevo vivir en la esfera de sus bendiciones para tu propio beneficio y el de todos los que te rodean.

ORACIÓN
Amante Padre, te pido de todo corazón que me perdones por haberme alejado del amor y la bondad que siempre me has ofrecido. Hoy vuelvo a ti arrepentido y deseoso de permanecer junto a ti por siempre. Te ruego me uses para honra y gloria de tu nombre. Por Cristo Jesús y en la dirección de tu Santo Espíritu, Amén.

Pastores Miguel Motta y Montserrat Fuentes – Colombia

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