Separar lo bueno de lo malo es una tarea importante y permanente.
Exactamente eso es lo que anunció Juan el Bautista cuando habló de la venida de Jesús, que habría de separar el trigo de la cizaña.
Las tareas del campo eran fundamentales en los tiempos bíblicos y conocidas por la gran mayoría de los pueblos de aquellos entonces.
Razón por las que el Hijo del Hombre, constantemente citó pasajes del Antiguo Testamento, sabiendo que los judíos reconocerían sus referencias y todo lo relacionado con las labores de la agricultura.
Como es notorio el campo ocupaba un tiempo importante en la vida de los hombres antiguos, ya que era el centro de la actividad cotidiana de la mayoría de las poblaciones.
Era el campo el que sustentaba la vida de los seres humanos y sus animales y de allí su importancia vital. Pero, también los hombres sabían que el campo generaba problemas.
Los hombres de nuestros días tenemos ocupaciones diferentes, pero al igual que nuestros antepasados, también tenemos problemas.
Y uno de los más importantes ha sido y seguirá siendo el separar lo bueno de lo malo. Como ha sido y sigue siendo separar el trigo de la cizaña.
Razón por la que debemos estar siempre alertas para ser capaces de obrar con la certeza de que tenemos la necesidad de alejarnos de lo que no es conveniente y acercarnos a lo fundamental.
Así lo anunció Juan el Bautista cuando anunció que el que vendría sería mucho más poderoso que él y separaría lo provechoso de lo inútil.
Estaba hablando de Jesús, nuestro Salvador!
Mateo 3:12
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira