El Señor está obrando constantemente en todo y en todos, obrando de tal manera que nos inquieta y advierte a través de las situaciones más inesperadas.
Un joven creyente se quedó sorprendido cuando escuchó que en la iglesia se utilizaban algunas palabras, que también se empleaban en la facultad donde estudiaba.
Le dijimos entonces que nos diera un ejemplo. Y él dijo: Pro-activos…Nos sumamos a su perplejidad pues efectivamente ese era un término que era usado constantemente por los líderes.
El joven entonces nos preguntó: Como es posible que una palabra que tiene un determinado significado desde la visión de la metodología de trabajo, también se usara en el ámbito espiritual.
El estudiante expresó que daba la sensación que era el mundo el que estaba influyendo sobre los creyentes y no como nos había mandado Jesús.
Con gran pesar tuvimos que admitir que en gran parte tenía razón con su conclusión, porque tristemente se debe admitir que pareciera que somos más influenciados que influyentes.
Por la inspiración del Espíritu, interpretamos que era correcto lo que el joven propuso a continuación: Dejar de usar la palabra pro-activos y que la sustituyéramos por otra, como por ejemplo… fieles.
Hubo aprobación, aunque algunos de quienes habían escuchado el diálogo se mostraron reacios a admitir que una persona nueva en la fe, nos hubiera dado semejante lección.
Las modas son destructivas de la obra del Espíritu en las congregaciones. Debemos volver a lo que nos mandó Jesús!
Mateo 16:27
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
