Tratando de perfeccionar un nuevo idioma, en una clase debimos hablar de las religiones y también de cómo eran sus fiestas más importantes.
Cada uno habló de la suya y desde luego, yo hablé de la mía. En la conversión lenta y difícil, porque la hacíamos en el idioma que estudiamos, surgieron algunas notables diferencias.
Cuando se mencionaron las distintas religiones, resultó más que obvio que todos sus creadores estaban muertos e incluso sus tumbas formaban parte de sus ritos y ceremonias.
Distinto fue cuando llegó el momento de hablar de los protestantes, porque ciertamente que Lutero está muerto, pero no el inspirador del mensaje.
Resultó notable el impacto que provocó la afirmación de que no había ninguna tumba que recordara a Jesús, por la elemental razón de que estaba…vivo!
Fue grande la repercusión que provocaron mis palabras, no por vanidad personal, sino porque estaban revelando una Verdad que es manifiestamente chocante.
Todos los creadores de las distintas religiones están muertos, salvo Jesús!
Incluso esta tremenda realidad me resultó tan conmovedora que no pude menos que agradecer la reiteración de esta evidencia.
La presencia de Jesús a la diestra del Padre en su trono de Gloria, es la garantía de la promesa de la Vida Eterna que recibimos cuando nos bautizamos en su Santo Nombre.
Por esta razón cuando hablemos de religiones, JAMÁS hablemos de Jesús como una de ellas. Jesús es la promesa de una nueva vida, como hombres y mujeres nacidos de nuevo en el bautismo.
Demos Gloria al Jesús Eterno, que vive y siempre vivirá!
Salmo 68:18
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira