Seguramente todos sabemos lo que significa esta palabra o por lo menos todos podemos hacer mención al sentido práctico que tiene.
En esa seguridad grande fue mi sorpresa cuando en un culto de la iglesia evangélica en un país del norte de Europa, el predicador planteó una nueva visión de este tema.
Dijo que CODICIA, tenía la condición de vicio y que se trataba del…vicio de tener.
A partir de esa afirmación surgieron varias preguntas:
Por qué vicio?
Por qué vincular el vicio con el tener?
Porque tener significa ansiar la posesión de cosas que no imprescindibles, pero que sin embargo pretendemos que formen parte de lo que consideramos nuestro.
Y no solamente el dinero!
Y por qué otorgarle la condición de vicio? Por la sencilla razón de que en la mayoría de los casos es algo que ocultamos y porque domina nuestro corazón de tal manera, que finalmente se transforma en algo determinante en nuestra vida.
Para dar ejemplos de situaciones parecidas, podemos hablar del vicio del juego o del vicio de fumar. Los podemos ocultar, pero existen y no podemos o no queremos luchar contra ellos.
Si entendemos como vicio el obrar mal o el gusto especial por algo que nos incita a usarlo frecuentemente y con exceso, estaremos frente a lo que podemos llamar falta de rectitud.
Reflexionemos sobre esto, como me tocó reflexionar una mañana de domingo sobre la CODICIA. Que no es algo sin importancia, porque muchos la padecen, sino porque es el vicio de tener, que domina nuestras vidas.
La Palabra de Dios nos enseña que nada nos llevaremos, cuando abandonemos el mundo.
Eclesiastés 5:10
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira