Hay momentos en los que solamente nos queda orar…
Tal vez muchos se puedan sentir identificados con las circunstancias, de encontrarse en un momento muy difícil, muy complicado y sin que nadie pueda ayudarnos.
Son esos momentos en los que ninguno de nuestros amados puede estar a nuestro lado, por mucho que lo desearan.
Son momentos en los que verdaderamente advertimos que estamos en una situación de absoluta indefensión y en los que nadie nos puede ayudar, ni siquiera el mejor de nuestros amigos.
Son momentos en los que comprendemos la magnitud de nuestra debilidad, porque no tenemos la fortaleza que pensábamos o la que deseábamos mostrar a los demás.
Son esos momentos… en los que solamente nos queda ORAR!
Rápidamente se nos vienen a la memoria pasajes de nuestra vida, nos acordamos de nuestra esposa o de nuestro esposo, de nuestros hijos, hacemos memoria de nuestros padres.
Pero en el fondo, muy en el fondo de nuestro interior sabemos que en esas circunstancias solamente nos queda ORAR al Señor!
Declarar nuestra debilidad, nuestra entrega total a sus decisiones y clamar porque su Misericordia se derrame poderosamente sobre nuestras vidas.
Es probable que muchos se sientan representados en momentos como estos y puedan transmitir este mensaje de Amor al Señor.
Cuánto más débiles somos mayor es la confianza que debemos depositar en quién nos ha dado la vida. Y en el Único que tiene Autoridad para apagarla.
Nunca olvidemos que el Eterno se glorifica en nuestra debilidad!
Hebreos 4:16
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira