Muchos de nosotros hemos sido mal enseñados acerca de lo que significa dar limosna. Que no es otra cosa que sentirnos importantes con relación a las personas que precisan de nuestra ayuda.
Podemos sentirnos que somos superiores a quienes están en situación de necesidad, a quienes están precisando de nosotros en el amplio sentido de la palabra.
La limosna no es un gesto de amor, es un gesto que se origina en el que tiene algo que le sobra para dar y por lo tanto carece de todo significado.
Es limosna lo que se nos reclama?
Es limosna lo que nos reclama Dios para los necesitados?
De ninguna manera!
Dios reclama de nosotros Misericordia, no la que nos hace sentirnos superiores sino la que nos hace sentirnos solidariamente iguales a quienes sufren necesidad.
Dios reclama Misericordia, no la que nos hace sentirnos generosos, sino la que se origina en un auténtico sentimiento de Amor hacia el prójimo.
Por tanto si cuando vamos a prestar ayuda a alguien, nos consideramos superiores o mejores que él, mejor será que no lo hagamos.
Puede interpretarse que estamos alentando a que se niegue ayuda a quién lo necesite. Todo lo contrario, estamos alentando a ayudar pero sin que sea un acto de soberbia.
La Biblia nos enseña a ayudar y a cómo ayudar!
La Biblia nos enseña también las maravillosas promesas que concede el Todopoderoso a quienes ayudan con humildad.
Seamos tan generosos con el prójimo, tanto como desearíamos que lo fueran con nosotros. Por lo tanto nunca pensemos en la limosna!
Isaías 58:10
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira