INCOMODIDAD

incomodidad
Con el temor y el temblor que el Eterno me inspira, más de una vez he pesando que el Todopoderoso se puede llegar a sonreír por algunos de nuestros hechos.

Un ejemplo de esto es lo que ocurre cuando escuchamos o leemos un mensaje que nos agrada. Entonces afirmamos sin ningún género de dudas, que esa palabra era casi personal.

Cuando lo que escuchamos o leemos no nos resulta grato y peor si nos resulta perturbador, entonces dudamos si ese mensaje proviene de Dios.

La sonrisa del Eterno se produciría en ese momento, en el que si nos agrada algo no dudamos de su procedencia, pero si nos resulta chocante, abrimos las puertas a las dudas.

En otras palabras: Los hombres, entre los que me cuento, siempre estamos esperando mensajes agradables, promesas y si son de inmediato cumplimiento, mejor.

Es lo que nos ocurre en la vida cotidiana. Las buenas noticias siempre tienen una acogida inmediata y agradecida.

Las malas, nos llenan de preocupación y en más de una ocasión, nos llevan a suponer que no provienen del Soberano y entonces reprendemos al enemigo.

Lo cierto es que todo lo que nos ocurre está bajo el control del Señor, sea que lo consideremos bueno o que lo estimemos malo.

Sea que nos parezca justo o nos merezca el calificativo de injusto. Por lo tanto, siempre que recibamos un mensaje tengamos el valor de discernir.

Tanto si nos resulta propicio, como si nos resulta negativo. Muchas veces el Señor nos advierte, para despertar en nuestro ánimo la INCOMODIDAD, que nos llevará a corregir lo malo.

Romanos 2:13

Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

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