ENVIADO

 

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Generalmente cuando leemos la Palabra de Dios nuestras interpretaciones están dirigidas al tiempo pasado y a hechos que no se repetirán.

En algunos casos resulta correcta esta forma de pensar, pero en otras es más que evidente que el Plan del Todopoderoso precisa para su ejecución la repetición de los ejemplos.

Tan importante como interpretar la Biblia, es escudriñar el sentido en el que están escritas las palabras que la integran, para sacar enseñanzas que nos sean provechosas.

Uno de los pasajes más notables de lo que estamos hablando, es el tiempo del ministerio de Juan el Bautista, que está presentado como un paréntesis en la referencia evangélica a Jesús.

Se nos enseña cuál era la misión de Juan el Bautista predicando en el desierto y muchas veces en una soledad sobrecogedora.

Juan era un testigo de la Luz, pero se nos advierte que el predicador no era la Luz. Es decir, Él vino para hablarnos de la Luz, pero sin representarla.

Si tomamos el caso como una indicación para nuestra vida, podremos apreciar que Juan el Bautista puede ser el modelo para muchos de nosotros.

Somos testigos de las Palabras de Jesús, somos testigos de la Luz del mundo, para que otros reciban el mensaje y entiendan que lo hacemos en el carácter de mensajeros.

Ser testigo, es una honrosa misión que podemos recibir a través de la tarea que se le encomendara como ENVIADO, a Juan el Bautista.

Leamos la Biblia con la máxima atención y descubriremos mensajes maravillosos, que muy bien pueden ser el comienzo de nuestro ministerio personal.

Juan 1:6-8

Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

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