En la alocada carrera hacia la nada, la desnudez parece ser una de las formas más fáciles para lograr una rápida notoriedad.
No importa lo fugaz que pueda llegar a ser el éxito por mostrar el cuerpo, sin considerar que el futuro demandará cada acción que hayamos realizado.
La desnudez es una prima cercana de la pornografía, una forma diferente pero lo mismo denigrante para quienes la practican.
Reflexionar sobre esta cuestión nos lleva a recordar algunos pasajes bíblicos donde la exhibición del cuerpo, en forma deliberada o sin saberlo, tuvo graves consecuencias.
Si la desnudez fue un hecho grave en el pasado, por qué no lo será en el presente?
Este simple razonamiento nos lleva a pensar en quienes no tienen más argumentos que exhibir su cuerpo, para lograr transitorios beneficios.
Lo que hoy reluce mañana puede quedar opacado por el simple hecho del paso del tiempo y será siempre algo condenable en la vida de cada persona.
Podríamos pensar que esta clase de episodios no nos atañen a quienes nos llamamos hijos de Dios, pero los deberíamos considerar como llamados de atención sobre el acortamiento de los plazos hacia el fin de los tiempos.
La maldad ganará espacios cada vez más importantes y no debemos permanecer ignorando una realidad que forma parte de los días que vivimos.
Decía alguien a propósito de esta cuestión: Qué poco tiene para decir una persona, que su única forma de expresión es mostrar con vulgaridad su cuerpo.
Renovemos nuestras oraciones para guardar nuestro corazón y por quienes viven en continua rebelión contra el Todopoderoso, con su DESNUDEZ.
Génesis 3:7
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
