Para una persona mayor tener tierra en sus manos es una sensación maravillosa. Por unos momentos es como revivir los lejanos tiempos de la niñez.
Esto me ocurrió cuando comencé a colocar pequeñas plantas de flores, a raíz de que la primavera está cercana en la ciudad donde vivimos.
Ese contacto tan especial con la tierra, inquietó mi espíritu con relación a ese Grandioso tiempo en el que el Eterno comenzó la Creación.
Inimaginable casi, para nuestra pequeña dimensión humana!
Dios separó las aguas de la parte seca y a la parte seca la llamó: Tierra!
De tanto leer este pasaje pareciera que ignoramos su magnitud y lo fundamental que resulta para le existencia del hombre y el resto de todas las especies, el agua y la Tierra.
Si pensamos donde vivimos, advertiremos que para nosotros los hombres la existencia de la Tierra es fundamental.
No solo es el lugar que habitamos, sino que es el lugar de donde podemos producir todo aquello que precisamos para poder vivir.
Por esta razón el Todopoderoso determinó que la Tierra sea cubierta por todo tipo de vegetación y vio que eso era bueno en el tercer día de la Creación.
Cuando percibí la importancia de la tierra en mis manos, pensé en la Obra Creadora y el cuidado de Dios para con nosotros, sus joyas más preciadas.
Por eso creo que de las plantitas y que de las semillas sembradas, surgirán flores que tienen el propósito de recordarnos a su Creador.
Cuidemos la Tierra donde vivimos y de la que dependemos, porque somos sus Mayordomos!
Génesis 1:11-12
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira