PRUDENCIA

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Con demasiada frecuencia nos olvidamos que todo lo que hablamos tiene valor, tanto sean cosas importantes como aquellas otras que aparentemente son irrelevantes.

Hay quienes hablan con un rigor inusitado ante algunas situaciones, cuando lo más prudente hubiera sido medir con sumo cuidado todas las expresiones.

Por intentar ser categóricos, nos deslizamos a graves errores!

Lo más grave de este tipo de actitudes. Es que somos capaces de repetirlas sin tener la buena idea de aprender de ellas.

Dicen que los que hablan poco se equivocan poco y los que hablan mucho, se equivocan mucho. Aún así, hasta hablando poco, podemos equivocarnos si no somos capaces de controlar lo que decimos.

Estas reflexiones vienen a propósito de advertir como ante graves situaciones, hay personas que tienen la capacidad de hablar sin tomar en cuenta las consecuencias que pueden tener sus palabras.

Mucho más grave aún, es cuando esas expresiones provienen de personas que pueden ser consideradas como referencias por muchas otras, para formar opinión sobre asuntos delicados.

Esa manifiesta incapacidad de hablar de más, es contraria a lo que la Palabra de Dios nos enseña con relación a la PRUDENCIA.

Es de sabios, callar ante la menor duda de cometer un error. Si persistimos en nuestra incontinencia verbal, quedamos expuestos a tener que soportar nuestra propia debilidad.

En muchas ocasiones, nuestros silencios son más importantes que cualquier palabra que podamos pronunciar.

Aprendamos de nuestros errores y no seamos piedra de tropiezo para otras personas, que buenamente se puedan confiar de nuestra capacidad o de nuestra experiencia.

Proverbios 12:23

Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

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