Este es el nombre del Libro de Job, en hebreo, que deriva de la palabra en el mismo idioma que significa persecución.
Esta explicación tiene el propósito de introducir un tema, para reflexionar acerca de los hombres y sus sufrimientos.
A lo largo de los años he conocido a muchas personas que ni siquiera se atrevían a leer el Texto, por cuanto lo consideraban extremadamente perturbador.
Y esto es más frecuente de lo que nos podemos imaginar. Hay muchas cosas en la vida que preferimos ignorar o directamente no mencionarlas.
Como si obrando de esta manera evitáramos que algunas circunstancias nos afecten, lo que no es otra cosa que un vano intento de eludir la realidad.
En el Libro de Job hay tantas enseñanzas, que podría ser objeto de un largo tratado, pero que siempre nos puede servir para tener enseñanzas bíblicas, ante determinados momentos de nuestra vida.
Una de ellas, es que nunca deberemos juzgar el nivel de una persona en su relación con Dios, por lo que vemos. Es decir no juzguemos ni por los éxitos ni por los fracasos.
Esto significa que el hecho de formar parte del Pueblo de Dios, no nos aleja de la posibilidad de que tengamos que afrontar graves situaciones.
Incluso tremendas, como vivió Job.
Pero es precisamente en esos momentos cuando más nos debemos acercar a Dios, para recibir su consuelo, sabiendo que al final tendremos su bendición y recompensa.
Aunque tal vez, nunca sepamos por qué debimos afrontar situaciones tan angustiosas, solamente debemos de tener fe que nuestro Padre SIEMPRE estará a nuestro lado.
Job 1:12
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira