El comienzo del drama humano fue la seducción, una forma sutil de atraer la atención para luego de haberla conseguido, engañar y mentir.
En estas pocas palabras se puede sintetizar el momento en que Eva sola en el Edén, lejos de Adán y tal vez más lejos de Dios, tuvo un encuentro.
Satanás bajo la astuta cobertura de una serpiente, habló para la mujer despertando antes que nada su curiosidad, para llevarla malsanamente a pensamientos equivocados.
La pregunta fue contundente para atraer a Eva: Con que Dios os ha dicho? No comáis de todo árbol del huerto?
Era seductoramente engañosa, como la propia primera mujer de la especie reconoció: De todo árbol, si podemos comer.
Pero del árbol que está en el medio del huerto, no podemos comer, ni tocarlo, para no morir!
El enemigo ya había conseguido su propósito: Atraer los pensamientos de Eva hacia su seductora mentira!
Dios sabe que si comieren de ese árbol, conoceréis el bien y el mal y entonces seréis como Él!
Grandioso planteamiento: Ser como Dios y sin morir!
Eva fue seducida y engañada y Adán, participó de lo que hizo su mujer: Comer del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Así podemos ser seducidos todos los días de nuestra vida. Con desafíos seductores, novedosos, atractivos. Pero todos con el fin de destruirnos!
Génesis 3:4-6
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira