Haciendo un planteamiento por lo opuesto, es posible expresar que lo contrario de nada es todo. Básicamente es correcto.
Sin embargo si lo pensamos desde la perspectiva de las cosas de Dios, la respuesta aunque es acertada no es la definitiva ni la más precisa.
Lo opuesto de NADA es… PLENITUD!
Todo, es demasiado ambiguo y el Eterno no tiene nada de ambiguo, sino que es certeza, rotundidad. Por lo tanto lo genérico que es todo, se transforma en algo mucho más profundo.
Hablamos de la cualidad de pleno, que no es otra cosa que lo completo, que la llenura. Cosas que solamente se pueden alcanzar desde la perspectiva humana a través de la Obra del Señor.
Asumiendo la corta extensión de la vida de los hombres, es posible afirmar que la PLENITUD es el apogeo en su sentido más elevado.
Los hombres y las mujeres que reciben la Plenitud del Todopoderoso, viven de una manera diferente y pueden convertirse en fieles servidores y ejecutores de los mandatos recibidos.
No estoy afirmando ninguna temeridad relacionada con la supuesta prosperidad que se predica. Estoy explicando con total fundamento bíblico que la Plenitud tiene el poder transformador que nos reclama Pablo.
Cuando hablo con tristeza de quienes viven en la nada, sin hablar de cosas materiales, recuerdo las enseñanzas primeras con relación a Jesús.
Él es el Verbo, Luz, Verdad, Camino!
Jesús es la PLENITUD porque siendo Dios vivió como hombre, porque siendo Eterno murió en el Sacrificio Supremo y Resucitó para mostrarnos la Victoria definitiva sobre la muerte.
Busquemos con humildad la PLENITUD Verdadera!
Efesios 3:19
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira