Este título está basado en la afirmación de Jesús, cuando los discípulos le preguntaron por las Señales antes del fin.
Nepal, puede ser una de esas señales de las que nos habló el Mesías. A una semana del terremoto, la cantidad de muertos verificada sigue aumentando, amenazando con ser el siniestro más grande de la historia del país.
Las consecuencias son tremendas. Un millón de niños desamparado, otro millón de personas en extremo grado de necesidad y ocho millones de afectados.
600 mil viviendas fueron destruidas y todavía hay lugares remotos donde las ayudas no han conseguido hacerse efectivas, como consecuencia de la rotura de las precarias comunicaciones.
En Chile, a miles de kilómetros del país asiático, se ha verificado la tercera erupción del Volcán Calbuco, que viene afectado a una extensa región con sus gigantescas nubes de cenizas.
En Hawai, un río de lava sigue haciéndose notorio en el Volcán Kilauea, que lentamente se aproxima hacia las viviendas cercanas.
No debemos ignorar estos mensajes de la naturaleza que pueden estar directamente relacionados con lo anunciado por Jesús en el Evangelio de Mateo.
Oremos por Sabiduría!
Diego Acosta