EXTRANJERO

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A lo largo de la historia miles y miles de hombres debieron abandonar su lugar de nacimiento, por propia decisión o por ser obligados a hacerlo.

Incluso hubo muchos que lo hicieron en carácter de prisioneros de las potencias ocupantes o triunfadoras de los enfrentamientos armados.

Esta situación es virtualmente tan antigua como el propio hombre!

Por tanto debemos valorar que todo lo relacionado con quién es extranjero, es motivo de preocupación fundamental para el Todopoderoso.

Tanto es así que en la Palabra de Dios, se hace mención a que un extranjero debe ser tratado como un compatriota, en la tierra donde morare.

Ser forastero también permite tomar distancia con la Tierra donde nacimos y no aferrarnos a ese cruel sentimiento que es el nacionalismo.

Decimos cruel, porque en su nombre hubo matanzas a lo largo de los tiempos, olvidando que todos nos debemos de sentir, como los judíos lo fueron en Egipto.

Esta preocupación del Eterno por los hombres que viven en países diferentes de donde nacieron, nos muestra cómo debemos comportarnos con ese próximo, que es también nuestro vecino.

Amar al prójimo es un Mandamiento inexcusable, tanto como amar a quién consideramos nuestro enemigo, mucho más si se convirtiera en un morador en nuestra Tierra.

Tengamos presentes estos Mandatos porque forman parte de todo aquello que debemos de asumir en obediencia, luego de haber reconocido al Señor como nuestro Salvador.

Si lo pensamos al tema en profundidad, advertiremos que todos somos extranjeros, porque nuestra identidad definitiva la tendremos al lado del Eterno.

En definitiva tratemos al venido de otras tierras, como si fuéramos nosotros mismos!

Levítico 19:33-34

Diego Acosta
Música: Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

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