SÉPTIMO MILENIO: LOS MODERNOS “NEGREROS”

FILE - In this June 29, 2014 file photo released by the Italian Navy a motor boat from the Italian frigate Grecale approaches a boat overcrowded with migrants in the Mediterranean Sea. The bodies of some 30 would-be migrants were found in in the hold of a packed smugglers' boat that was carrying nearly 600 people making its way to Italy.  (AP Photo/Italian Navy, ho)
Los documentos y también las novelas sobre los traficantes de personas desde África hacia otros continentes, se denominaban genéricamente como “negreros” a quienes realizaban este siniestro comercio humano..
Era un tono despectivo o peyorativo? Más bien indicaba el origen de las personas con las que se realizaba uno de los más brutales y miserables tráficos.
En nuestros tiempos es muy difícil comprobar la existencia de la venta de personas provenientes del continente africano. Pero es evidente que el tráfico sigue existiendo.
En el año 2013 fueron alrededor de 110 mil las personas provenientes mayoritariamente del Cuerno de África, las que iniciaron la travesía desde Siria hasta la isla italiana de Palermo, en el Mar Mediterráneo.
Cientos de ellos nunca llegaron víctimas de los naufragios debido a la inescrupulosidad de los traficantes, que en muchos casos abandonaron a los hombres, mujeres y niños, en embarcaciones que no cumplían las más elementales normas de seguridad.
El año pasado el número de personas se duplicó casi hasta llegar a las 220 mil, también con un escandaloso número de muertos en distintos naufragios.

Este año el número de personas que buscan las costas italianas, se ha incrementado notablemente. Y también el número de víctimas mortales, entre ellas mujeres y niños.

Las preguntas que se originan en este tráfico abarcan desde la responsabilidad de las Autoridades de los países africanos, hasta los del propio continente europeo.
Por qué no se combate a las mafias que trafican con personas? Por qué no se actúa contra un negocio millonario?
Demasiados interrogantes que en la mayoría de los casos, tienen como únicas respuestas los muertos en el fondo del mar o los que llegan hasta las costas italianas, para luego ser deportados.
Cuando se dará Europa una normativa acorde a la magnitud del problema?
Cuántos muertos más demandarán las soluciones que parecen no llegar nunca?
Oremos por quienes no tienen más alternativas, que la de jugarse la vida en una travesía incierta, a merced de los modernos “negreros”.

Oremos!

Diego Acosta

www.septimomilenio.com

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