Hay algunas situaciones que nos deberían llamar la atención con relación al verdadero sentido de algunas palabras.
Si buscamos la definición de compasión, leeremos que se trata de la conmiseración o lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias.
Si intentáramos encontrar la definición de autocompasión, nos resultará imposible lograr una respuesta como en el caso anterior.
Por qué?
La compasión acompaña la situación de una persona que puede estar atravesando una tribulación, una prueba, una penuria. En este caso es una forma de solidaridad hacia alguien que precisa de apoyo.
La autocompasión en cambio, es diferente porque se trata de algo que nace en nuestro corazón, lo que la transforma en algo destructivo.
Si alguna vez tuve en mi corazón el sentimiento de la autocompasión, puedo garantizar que de ninguna manera fue bueno e incluso hasta puede llevar a la manipulación.
Porque la autocompasión es la pena por uno mismo, no está relacionada con el Amor sino con la necesidad de ser ayudados, buscandi provocar lástima, sin ser capaces de reaccionar ante la adversidad.
El Consuelo verdadero proviene del corazón de Jesús y lo podemos percibir cuando precisamos compasión. Pero no podemos engañar al Hijo del Hombre manipulando nuestra situación personal.
Es peligroso buscar provocar la pena en los demás para llevarlos a tener actitudes que nos favorezcan o nos beneficien.
Debemos de tener especial cuidado en no caer en la autocompasión, porque puede destruirnos, puede alejarnos del Amor del Todopoderoso.
Guardemos nuestro corazón de la autocompasión. No solo agravará nuestros problemas, sino que los convertirá en una amarga realidad.
Marcos 6:14
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira