Un informe destaca el crecimiento de los brasileros que en los últimos años se convirtieron al islamismo. Este dato sorprende en el país con mayor número de católicos del mundo y que cuenta con una importante masa de evangélicos.
En la región metropolitana de San Pablo, la mayor ciudad de Brasil, se concentran más de 11 brasileros convertidos al Corán, según el censo del año 2010.
Las mezquitas cuentan con sheikh brasileros, lo que profundiza la presencia del islamismo en el país. Los nuevos creyentes se cuentan entre todos los niveles sociales y abarcando a profesionales, autónomos y trabajadores dependientes.
La posibilidad de ofrecer cultos en portugués aumenta también la proyección de quienes se acercan para conocer los fundamentos de la religión.
Lo mismo ocurre con quienes se encuentran cumpliendo condenas en prisión, que pueden hacer preguntas y recibir respuestas en su idioma natal.
El movimiento está creciendo en las periferias de la grandes ciudades, como ocurre en San Pablo, donde los ritos se cumplen en una antigua iglesia musulmana de origen libanés, orientadas por los sunitas, descendientes de la familia de Mahoma.
El fenómeno también se registra en las favelas, especialmente en la conocida con el nombre de Cultura Física.
El movimiento negro de San Pablo comenzó a redescubrir sus raíces musulmanas y a recatar historias, como las revueltas de 1835 en Salvador de Bahía.
Otro aspecto que se destaca en el informe, es que en Brasil hay más de 350 mil musulmanes en prsión, según un informe del año 2013.
De manera especial se enfatiza que las orientaciones a los presidiarios brasileros, es el de promover los preceptos pacíficos.
Diego Acosta
Fuente: O Estadao – Brasil