Desde que conocí a Jesús y lo reconocí como mi Señor y mi Salvador, hay un tema que siempre es motivo de reflexión.
Y es este: Debemos buscar tener un encuentro con Dios!
Tal vez sea este uno de los grandes asuntos en el que invierto muchas horas de mi vida y también en mis oraciones.
Que significa tener un encuentro con Dios?
Es una pregunta de dificilísima respuesta, porque cada uno la interpretará y la responderá según sean sus experiencias.
Para unos será maravilloso y para otros…imposible!
Y que respondería yo?
En este punto debo obrar con la máxima prudencia porque la palabra ENCUENTRO encierra tantas interpretaciones, que resulta complicado definirlo.
Pero sí creo que es posible y creo también que es absolutamente necesario buscarlo. Como hacerlo y como lograrlo, son cuestiones personales.
No hace mucho una madrugada tuve la absoluta certeza de haber tenido un encuentro con el Señor. Como lo supe y como lo sé: Por la paz que hubo en mí.
No fue por las respuestas, pero sí por la presencia. Aquello sobre lo que tanto predicamos, enseñamos o sugerimos es… posible!
Honro a quienes me inculcaron esta necesidad del hombre para con su Dios. Si no lo buscamos, difícilmente lo encontraremos, ya sea por temor, por desidia o por considerarlo imposible.
Anhelar tener un encuentro con Dios es ejercitar la libertad que Jesús nos dio, cuando nos dijo que a través de ÉL llegaríamos al Padre.
Buscar a Dios, nos acercará a una dimensión espiritual maravillosa, a partir de la cual podremos ayudar a otros!
Nada mejor podemos hacer!
Deuteronomio 4:29
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira