DEVOCIONAL
Desde mi ventana se pueden las típicas casas de la región, con techos a dos aguas a causa de la nieve y al fondo, los altos árboles de uno de los bosques cercanos.
Pero, a determinadas horas cuando el sol está de frente, todo queda difuminado por un contraluz, que desdibuja, hasta los árboles que suelen parecen una especie de loma inexistente.
Vez tras vez mirando estas diferentes perspectivas, el Señor me mostró que muchas veces mi fe era como esas visiones. Unas veces claras y otras veces difusas.
Esta revelación me perturbó porque aceptándola como Verdad, me pregunté como en ocasiones estaba muy seguro de mi creencia en el Eterno y otras, no atinaba a entender sus decisiones.
Así fue como a partir de ese día, intento mirar más allá de lo que percibo y casi no veo, porque en realidad es así como percibimos al Eterno. Sabemos que está, que siempre está y sin embargo algunas veces dudamos.
Mateo 6:30
Y si la hierba del campo que hoy es,
y mañana se echa en el horno, Dios la viste así,
¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
Mateus 6:30
Pois, se Deus assim veste a erva do campo,
que hoje existe e amanhã é lançada no forno,
não vos vestirá muito mais a vós, homens de pequena fé?
Diego Acosta / Neide Ferreira