Nada resulta más impresionante que confrontarnos con la realidad!
Este pensamiento es fruto de haber escuchado una profecía relacionada con las personas que niegan a Dios o se apartan de Él.
La profecía decía sencillamente: Mira al abismo!
La hermana que la hizo público, aclaró que si miramos atentamente hacia las profundidades, podremos ver a amigos, hermanos e incluso a algunos de nuestros amados.
Que es el abismo?
Ni más ni menos que la pérdida de la Vida Eterna ofrecida por Jesús en el momento de su Supremo Sacrificio en la Cruz.
Debo admitir que cuando advertí lo terrible de esta profecía, el efecto fue sobrecogedor, porque sin lugar a ninguna duda, era altamente probable que en el abismo reconocería a personas, que no me gustaría ver.
Ante esta situación decidí plantearme un gran interrogante: Puedo hacer algo para impedir que esta profecía se termine cumpliendo?
Una débil esperanza surgió en mi espíritu. Podía intentar orar clamando por la Misericordia del Todopoderoso, para darme firmeza y decisión para llevar la Palabra de Salvación a quienes no la quieren escuchar.
Es verdad que es una insistencia que tal vez siga teniendo una negativa por respuesta, pero creo que es la única manera de tener mi conciencia tranquila.
No basta con lamentarnos ante lo que parece irreparable, sino que debemos intentar hasta lo último la posibilidad de lograr que ocurra un Milagro.
El ABISMO es la profundidad insondable, a la que no caímos por la Gracia del Eterno, que nos llamó a su lado.
Oremos para que ese glorioso momento se repita con otras personas!
Salmo 107:26
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira