Si comparamos lo bello con lo feo, lo grandioso con lo pequeño, raramente hacemos mención acerca de quién ha Creado todo.
Hablamos como si todo lo que vemos hubiera nacido sin la mediación de nadie y no nos detenemos a analizar cómo es que existe lo que vemos y lo que no vemos, lo que conocemos y lo que desconocemos.
Debe influir en estos comportamientos la natural soberbia humana que se niega a reconocer algo que sea superior.
Por esta razón no admitimos que apenas tenemos conocimiento de un mínimo porcentaje acerca de lo que está debajo del nivel de las aguas.
De nuevo, la soberbia nos lleva a ignorar no solo lo que no sabemos sino también a no tratar de desentrañar lo que ignoramos.
En este círculo perverso nos movemos, admirando, negando, ignorando, pero sin hablar casi nunca de cómo se ha producido la existencia de todo.
Muchos atribuyen la existencia a un lejano ruido producido por una explosión de materia, que sorprendentemente tiene un nombre formado por dos palabras.
Y nos preguntamos: si hubo una explosión de materia, de donde surgió?
Es decir: Si afirmamos que hubo materia que explotó y de allí surgió toda la existencia, nos debemos preguntar de donde salió esa materia? Pero no nos hacemos ningún cuestionamiento, porque tal vez tememos la respuesta.
Sin embargo, toda la existencia proclama la Creación de Dios!
Teniendo la humildad de admitirlo o la soberbia de negarlo, esto no altera el resultado: Fuimos Creados por el Todopoderoso!
Por eso debemos adorarlo dándole las gracias por nuestra propia vida!
Salmo 93:4-6
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira