Que ocurre cuando percibimos que Dios se ha alejado de nosotros?
Esta pregunta tiene como una de sus respuestas el Salmo 102, donde podemos advertir como el autor clama delante de Jehová.
Clama para ser escuchado por el Eterno y también clama para recibir una respuesta en el día de la angustia que lo embarga.
Muchas veces nos negamos a leer páginas como esta, porque encierran momentos muy difíciles y omitiendo su lectura pareciera que nunca nos llegarán situaciones similares.
Quizás haya en algunas actitudes de nosotros los creyentes, con un grado alto de infantilismo.
El panorama que presenta el salmista en su clamor a Jehová no puede ser más desolador. Al cuerpo derrotado, al corazón herido se suman las afrentas y las conjuras de los enemigos.
Que hacer en una situación como esta?
Apartar nuestros ojos de nuestra propia realidad y levantarlos en dirección al Soberano. Porque ÉL estará presente para siempre!
En qué estará presente?
En la misericordia que Jehová siempre ha tenido con Sion, la ciudad de David, la Ciudad Santa, tantas veces castigada y tantas veces restaurada.
Es bueno que tengamos presentes estos profundos pensamientos con relación al castigo y a la restauración, porque forman parte de nuestra propia vida.
O es así como obra el Todopoderoso?
Endereza nuestros caminos, pero lo hace con Amor y con Misericordia, no nos destruye aunque lo hayamos merecido!
Siempre habrá para Sion una oportunidad más y siempre habrá para cada uno de nosotros, una oportunidad para ser liberados y restaurados.
La Gloria de Jehová resplandecerá en nuestra debilidad!
Su Grandeza llegará hasta nuestra humana pequeñez!
Salmo 102:13
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira