Un anciano preguntó a un grupo de jóvenes: Los creyentes tenemos alguna señal de alarma sobre nuestra situación espiritual? La cuestión era tan genérica que despertó una cierta controversia.
Se trataba de encontrar el significado a la palabra alarma, porque era evidente que se la estaba utilizando en sentido figurado. Y era difícil comprender como se podía aplicar a la vida de cada creyente.
Ante la diversidad de opiniones, finalmente fue el propio maestro quién se respondió: La alarma que tenemos los creyentes se llama…comodidad. Cuando un día podamos decir que estamos cómodos, será una muy mala señal.
Esta afirmación despertó más controversia todavía, porque hubo quienes argumentaron que no era malo sentirse cómodo, lo que podía hasta ser una situación deseable. Por qué los creyentes deberíamos de vivir de sobresalto en sobresalto?
La comodidad conspira contra la intensidad de nuestra relación con el Señor!
Y por qué conspira? Simplemente porque la comodidad nos lleva a adaptarnos cada vez más a lo que nos rodea, evitando los problemas y buscando siempre aquello que menos complicaciones nos proque.
Podrá ser placentero en algunos aspectos, pero en otro que es el principal, es una muy mala cuestión. Si nos adaptamos, en realidad lo que estamos haciendo es conformarnos con lo que nos rodea. Y sobre eso nos advirtió Pablo!
Y debemos ser honrados con nosotros mismos y convenir que lo que nos rodea no es bueno ni mucho menos aceptable según la visión del Eterno. Antes que la comodidad, busquemos lo contrario, la incomodidad, así estaremos más cercanos al Señor.
1 Pedro 1:14
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira