Dios ha consumado un nuevo milagro!
Lo ha hecho en un hospital en la ciudad donde vive un amigo que me contó como los médicos quedaron pasmados, ante la Obra del Eterno.
Una persona que estaba en coma y que iba a dejar de ser asistida, para que le llegara el final según la ciencia de los hombres, abrió los ojos!
Para unas personas fue un hecho asombroso!
Para otras personas fue la respuesta a las oraciones!
En esa diferencia dramáticamente real radica la diferencia entre quienes creemos en el Soberano y entre quienes solo confían en su saber y en su capacidad.
Es más que evidente que no estoy haciendo una declaración en contra de los médicos ni sobre los que se los ha enseñado y preparado a lo largo de años de estudios.
Estoy haciendo una declaración muy sencilla de esta manifestación del Poder de Dios, que inunda mi vida de alegría y renueva mi fe.
Mi amigo contaba estos detalles en la puerta de la habitación de la persona en la que el Todopoderoso había obrado de esta manera tan sorprendente.
Por eso me podía contar la sorpresa de los profesionales y la alegría serena y mesurada de la familia de creyentes, que agradecía con humildad el hecho de poder ser otro testimonio de los milagros de Dios.
En esta hora de alegría tan especial reflexionemos acerca de lo ocurrido. Dios siempre hace milagros! Solamente que hay algunos más trascendentes que otros, según nuestra pequeña visión de su Grandeza.
Los milagros ocurren todos los días…solamente que hay quienes desde la incredulidad, no somos capaces de advertirlos!
Daniel 4:2
Diego Acosta / Neide Ferreira