Hay personas que declaran sin ninguna clase de medias palabras que son ambiciosas. Y el mundo considera casi como una virtud semejante manifestación.
Que significa la ambición?
Deseo ardiente de conseguir algo, especialmente poder, riquezas, dignidades o fama.
También lo podríamos interpretar como una expresión de egocentrismo, que es lo mismo que el egoísmo y también la búsqueda de la notoriedad a cualquier precio.
Como decimos, en el mundo ser ambicioso puede ser determinante para desarrollar una rutilante carrera profesional.
Todo basado en una perversa circunstancia: Si alabamos la ambición nadie se detendrá en los costos que pueda originar su desarrollo.
Como siempre, pareciera que siempre prevalece la maldad sobre la virtud y el vivir sin límites sobre quienes tienen normas que asumen con determinación.
Precisamente este es el fondo de la cuestión. Vivir sin límites o vivir de acuerdo con lo que Dios ha establecido.
Esta frase puede tener sus grandes detractores pues hay quienes aseguran que Dios, no debe influir sobre si una persona es ambiciosa o no.
Es como si se pretendiera afirmar que el Eterno no tiene Potestad para obrar sobre la vida de los hombres y especialmente de aquellos que se declaran ambiciosos.
La conclusión resulta muy evidente. En algún momento de la vida se podrá ser un exitoso hombre o mujer, a quién la ambición le ha permitido llegar a lo más alto.
Pero precisamente en eso estará su condena. Ha ganado la vida, pero ha perdido la Eternidad!
Mateo 16:26
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Diego Acosta / Neide Ferreira