Alguien celebraba su aniversario y pensaba en todo lo que había ocurrido para que finalmente aceptara recordar con alegría el día de su nacimiento. Durante largo tiempo, esta fecha tan significativa para otras personas, no lo había sido para él.
Desencuentros familiares y sobre todo situaciones muy poco alentadoras que ocurrieron en fechas muy cercanas a las de su nacimiento, llegaron incluso hasta tener temor de recordarlo, de tal magnitud habían sido de poco gratos esos aniversarios.
Pero todo cambió a partir del momento de la aparición de Jesús en su vida, al advertir que sus pecados habían sido perdonados y que las pesadas cargas del pasado, ya no formaban parte de su vida.
La posibilidad de poder iniciar un nuevo tiempo fueron transformando su mente y su corazón y la certeza de ser un nuevo hombre, fueron sanando las dolorosas heridas del pasado.
Podría dar testimonio que el nacimiento de un nuevo hombre era absolutamente real, por la sencilla razón de que era lo que le había ocurrido. Era algo que le habían mencionado que pasaría y que se confirmó totalmente.
Con esa certeza aceptó celebrar su aniversario, cuando antes trataba de olvidarlo y hacía lo posible para que las personas más cercanas lo olvidaran también.
A partir de este hecho pensó cuántas cosas extraordinarias pueden ocurrir en la vida de las personas que reconocen a Jesús como su Salvador. Con esa perspectiva, lo del aniversario no deja de ser una anécdota, preciosa, pero seguramente menor pensando que lo mejor está por venir.
Isaías 40:11
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira
