Cuando Jehová dispuso el regreso de los judíos que estaban en cautiverio en Babilonia, hubo gran alegría en Jerusalén.
Siempre la redención produce alegría en los corazones de quienes confían en el Todopoderoso!
Los judíos fueron advertidos que el abandono del cautiverio sería sin prisas y también sin la actitud de quienes huyen, saldrían protegidos por el Supremo.
Siendo así debe llamarnos la atención el mandato que los redimidos recibieron antes de partir hacia la Ciudad Santa, como otra prueba más de la Soberanía de Dios.
Se les mandó que se apartaran de toda cosa inmunda y además que se purificaran!
Que significado tienen estos mandatos?
Si lo pensamos desde la perspectiva personal apartarnos de lo inmundo representa que nos debemos alejar de todo lo que nos contamina.
Entendiendo por contaminar todo lo que se opone a la santidad, podemos pensar que en nuestro caso podría tratarse de la feroz influencia del mundo.
La influencia de quienes proponen vivir como nos plazca es de tal magnitud, que puede terminar contaminando nuestra voluntad de ser fieles seguidores del Señor.
Es más fácil vivir sin normas que cumplirlas como señal de obediencia al Creador!
Contamina nuestro corazón la tibieza con la que el mundo obra frente a todas las situaciones, justificando lo injustificable, llamando a lo malo bueno.
Así como los judíos fueron advertidos acerca de apartarse de lo que contamina, así también nosotros debemos apartarnos de lo que nos contamina.
Del mismo modo debemos purificarnos para ser dignos depositarios de las grandes promesas que el Dios de Abraham hizo a los suyos.
A nosotros, sus coherederos!
Isaías 52:11
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira