La idea de romper las ataduras que nos siguen ligando al pasado, es tan simple como compleja de comprender, porque afecta a parte de nuestra vida.
Romper con las ataduras, debería ser sencillo, porque se trata de abandonar todo lo que fuimos, por lo que somos luego de habernos arrepentido y recibido el Perdón.
Pero por qué esto es tan complejo?
Porque la idea de nacer de nuevo es de tal magnitud que puede costarnos apreciar lo que hemos hecho con el Bautismo y la declaración de aceptar al Señor como nuestro Salvador.
Recuerdo el día de mi bautismo, que fue uno entre casi mil. Lo primero que me sorprendió fue la cantidad de hombres y mujeres que estábamos dando un paso trascendental.
Pero luego cuando el agua me cubrió totalmente el cuerpo, pensé al volver a respirar que algo había sucedido.
No estaba en condiciones de explicarlo, pero sí sabía que algo había sucedido en mi vida. Desde entonces hasta hoy, mi búsqueda de comprensión de la idea de romper las ataduras, es permanente.
Hay veces que pienso que lo he conseguido, pero hay otros en que creo que las cosas que aún me ligan al pasado son demasiado grandes y hasta importantes.
Haciendo un ejercicio de profunda sinceridad, las ataduras que aún conservo y contra las que lucho cada día, se parecen más a gruesas cadenas que a pequeños eslabones.
Solamente con la ayuda de Jesús podré vencer esta dura lucha con lo que fui para tratar de vivir como debo ser, un hijo de Dios, para servirle a cada momento.
Isaías 52:2
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira