Ser avaro es algo que cuesta reconocer y mucho más hacerlo notorio. Puedo decir: No soy avaro…pero en el fondo estoy mintiéndome y mintiendo a los demás.
Cumplo con mis obligaciones en cuanto al diezmo y las ofrendas) Sí. Pero el dinero no es el verdadero fondo de la cuestión de la avaricia.
Es lo que cada uno tiene en su corazón, se puede ser avaro dando mucho como dando poco. El concepto está relacionado con la sanidad que debe operarse en nuestro interior.
Para concretar hablemos de nuestro tiempo. De él sí que somos avaros. Podríamos decir que escandalosamente avaros!
El ejemplo casi perfecto, es el tiempo que le dedicamos al Señor!
Con Dios siempre tenemos límites: El cumplimiento de los horarios laborales, familiares y también de nuestro ocio. En todos estos casos somos poco generosos con las obligaciones y muy generosos con nosotros mismos.
Es lo que nos ocurre con nuestra familia y con lo que llamamos ocio…Quizás hasta seamos magnánimos en exceso.
Y con Dios como somos?
Somos bien modestos con el tiempo que le dedicamos. Cumplimos con los cultos, con la lectura de la Biblia y también con la oración. Pero somos muy cuidadosos con el tiempo que le ofrecemos!
En eso consiste el fondo de la avaricia!
Somos generosos con lo que nos gusta y nos agrada, pero somos mezquinos cuando leemos la Biblia y estamos controlando cada minuto que utilizamos. Y con la oración más exigentes todavía!
Oremos para sanar nuestro corazón de la avaricia. Sobre todo de la avaricia primera, que es la relacionada con el Señor!
1 Timoteo 6:9
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira