Un hermano estaba preocupado porque decía que estaba haciendo el balance de su vida y no encontraba la forma de cuadrar las cuentas.
Me explicaba que era muy difícil compensar todo lo que había hecho de malo, con el perdón que había recibido, que era absolutamente inmerecido y desproporcionado.
Era este punto el que más lo preocupaba porque decía que un balance inexorablemente debería servir para mostrar el debe y el haber, aquello que hicimos por lo que recibimos.
Y se angustiaba porque trataba de explicar cómo era posible que hubiera recibido tanto de bueno si había hecho tanto de malo.
Como teníamos la certeza de la autenticidad de sus palabras, tratamos de ayudarlo a solucionar el problema de cuadrar el balance, como él decía.
Era evidente que por mucho esfuerzo que hiciera nunca podría llegar a armonizar las dos grandes columnas con las que se manejaba. Era un objetivo literalmente irrealizable.
Pero, nos dijo: Como debemos proceder en este caso?
Del mismo modo que procedió Jesús. Él estaba más preocupado por perdonar que por saber cómo habían sido nuestros pecados. Porque todo se basa en lo que podríamos llamar la tercera columna del balance.
Y esa columna, además del debe y el haber, no es otra que la que podemos denominar: Amor y Misericordia. Así obra Jesús! Así debemos obrar nosotros!
Juan 14:15
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira