La sencillez de la mezcla de la tierra con el agua que llamamos barro, es utilizada muy frecuentemente para aumentar la comprensión de nosotros los humanos.
Hay algo más sencillo que la mezcla de los dos elementos esenciales de la Creación?
La simple observación de un día de lluvia sobre la tierra, nos mostraría que el resultado es…barro.
Con la utilización de esta mezcla primigenia, Jehová advierte a los hombres acerca de su perversidad, a través de la palabra de Isaías.
La perversidad consiste en el ocultamiento que los hombres hacemos de nuestras obras, como si nadie nos viera, como si nadie nos conociera.
Jehová establece rotundamente cuál es el lugar que nos corresponde a los hombres y cuál es SU lugar, quién es el alfarero y quienes somos el barro.
Volver nuestra atención a este pensamiento nos hará recuperar la visión auténtica de lo que somos y de lo que no somos.
El Todopoderoso es quién tiene el gobierno de todas las situaciones, por más que en nuestros sueños intentemos apartarnos de su Poder y obrar según nuestras ideas.
Los hombres desafiamos con nuestra actitud de soberbia al Soberano, porque nos imaginamos que nuestras decisiones prevalecerán, sin contar que quién verdaderamente decide es ÉL.
Esta situación de rebeldía constante es de la que somos advertidos, recordándonos quién es el Alfarero y quienes somos la materia moldeable, a veces incluso deshecha para volverla a moldear.
Como barro que somos debemos recordar lo que Dios ha establecido. ÉL es quién tiene la Autoridad sobre todo y sobre todos y son inútiles nuestros intentos de renegar de eso.
Isaías 29:15-16
Diego Acosta / Neide Ferreira