Nuevamente nos encontramos ante una brutal realidad. Esta vez son cinco policías muertos en la ciudad de Dallas, en lo que parece ser una cruenta emboscada organizada durante la marcha de protesta por los hechos de Minnesota y Luisiana.
En esas dos ciudades americanas hubo actuaciones policiales que provocaron severas reacciones, incluyendo la del propio Presidente de los Estados Unidos.
Se adjudican a la violencia racial los tres episodios de violencia extrema. También a la tenencia indiscriminada de armas de fuego de gran poder.
Aunque esos hechos nos parezcan lejanos y ajenos, es necesario que reaccionemos. Con solidaridad hacia las familias de las víctimas de todos los hechos. Con Misericordia, para orar para que la violencia no termine por dominar el ánimo de las personas.
Jesús nos advirtió sobre los tiempos del fin, en que ocurrirían hechos tremendos, como los que estamos viviendo.
No podemos permanecer indiferentes frente al dolor y la tragedia. Solamente el Amor podrá cerrar tantas heridas.
Diego Acosta
Fuente: New York Times – Estados Unidos
