Nada hay más peligroso que el vacío interior, porque nos puede conducir a adoptar decisiones que en lugar de llenarlo, lo profundice.
Este pensamiento está relacionado con la última gran novedad de los seres humanos…que es tener relaciones abiertas.
No estamos hablando de relaciones homosexuales, estamos hablando que un hombre acepta otra clase de relaciones de su mujer, con otros hombres o con otras mujeres, simultáneamente.
Alguien se ha puesto a pensar a donde puede llevar un disparate semejante?
Si es compleja la relación hombre-mujer, agregarle más componentes, no hace otra cosa que ampliar el cálculo de probabilidades de más conflictos de muy difícil resolución.
Tal vez detrás de todo esto, se esconda el anhelo de no asumir compromiso con otra persona, lo que lleva a aceptar como potencialmente bueno esta auténtica aventura con final previsible y no deseable.
Quienes aceptamos a Dios en nuestra vida, tenemos un mandato que cumplir. Para algunos es anticuado y aburrido, pero para nosotros los creyentes, debe ser algo plenamente válido, para hoy y para siempre.
Las relaciones abiertas son impropias de los hijos de Dios e importan una actitud de rebeldía hacia lo que ha dispuesto para el hombre y para la mujer.
El matrimonio ha sido y seguirá siendo, la forma superior de relacionamiento entre un hombre y una mujer! Aunque se la pretenda descalificar o sustituir por aventuras tan falsas como la prosmicuidad.
Diego Acosta