Cuando pienso en los milagros, recuerdo la conversación en la que un joven creyente preguntó: Pero Dios sigue haciendo milagros?
Recuerdo que la primera reacción fue de un profundo estupor. Como era posible que alguien tuviera esa clase de dudas?
Pero como siempre, el Espíritu concede Sabiduría a quienes la demandan, como fue mi caso, porque comprendí que no bastaba una respuesta arrebatada o una crítica severa.
Este joven precisaba una respuesta que lo llevara al convencimiento de que su duda, no estaba basada en la realidad de la vida de quienes nos llamamos hijos del Eterno.
Entonces le pregunté: Cuántas veces has tenido en tus brazos a un recién nacido? Como era previsible por su edad, me contestó que…ninguna.
Nueva pregunta: Y cuántas veces has visto a un recién nacido? El joven dudó…y repitió la respuesta: Nunca.
Pero habrás visto en la calle a padres o madres que llevan a sus pequeños hijos en cochecitos? Eso sí, todos los días…
Y nunca has pensado en lo que significa un recién nacido? No, pero es un niño o una niña que ha sido dada a luz por su madre.
Y te parece algo sencillo que un niño nazca?
Si.
Nunca has pensado que el Supremo conocía a sus padres desde antes que fueran concebidos?
Nunca has pensado que en el grandioso Propósito del Supremo, ellos serían los padres de la criatura que viste?
No nunca lo había pensado. Pero que tiene que ver eso con los milagros?
Simplemente que cada vida es un Milagro de Dios!
El joven sonrió y comprendió, que cada día hay miles de nuevos milagros en el mundo!
Daniel 4:2
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.
Diego Acosta / Neide Ferreira