CONGREGACIÓN
SÉPTIMOMILENIO
Tratando de sacar algunas conclusiones, impresiona advertir que nuestra relación con Dios se magnifica, cuando tenemos problemas o estamos tristes o angustiados.
Será una novedad para el Creador?
Estoy convencido de que NO, porque nos conoce como nadie y desde antes que nadie, por lo que sabe como somos y de lo que somos capaces de hacer.
En tiempos de bonanza, nos creemos seres superiores, que incluso hasta podemos prescindir del propio Altísimo. Así somos y ese es un resultado que confirma nuestro comportamiento.
La cuestión cambia cuando llega la hora de la aflicción, la hora difícil de la prueba y más todavía, cuando no comprendemos que está pasando y por qué nos está pasando.
Es en ese momento, cuando nuestras fuerzas han menguado, cuando advertimos que no somos capaces de hacer nada por nosotros mismos, nos acordamos del Eterno.
Esta es la triste realidad con la que obro y seguramente muchos creyentes hacen exactamente lo mismo. Por qué llegamos a estos extremos?
Diego Acosta